El marketing emocional no es otra cosa que acciones que lleva a cabo la empresa para promover sentimientos y emociones para con su marca. Es decir, realizar acciones para construir una relación marca-cliente duradera en el tiempo y basada en experiencias con nuestros los productos de la empresa. El marketing emocional va más allá de la simple repetición de compra, se trata de crear un vínculo emocional con el cliente para que además de comprar nuestros productos se conviertan en embajadores y en los mejores prescriptores de nuestros productos.
El principal objetivo es encontrar un vínculo afectivo duradero con los clientes, para que estos sientan la marca como algo propio y necesiten contribuir a su crecimiento y supervivencia. Una de las herramientas básicas es la utilización del «amor por la marca» es decir, el lovemark.
Una empresa que es un claro ejemplo de estas prácticas es Coca-Cola que ya lleva muchos años utilizando el marketing emocional. En cada una de sus comunicaciones trata de crear un vínculo entre su bebida y los momentos especiales de nuestra vida, como por ejemplo en Navidad o en algunos recuerdos de épocas pasadas. Unicef también trata de tocarnos la “fibra sensible” en sus anuncios para conseguir que nos unamos a sus campañas humanitarias. Apple ha conseguido que sus clientes tengan un nivel superior a los prescriptores, son unos auténticos seguidores de la marca y la defienden a muerte ante cualquier discusión.
Otra manera con la que las marcas consiguen que las tengamos, no solo en la cabeza, sino en el corazón, es mediante los valores de la empresa. Lo que se refiere a los valores de la marca es un elemento que últimamente se está utilizando para generar valor, quizás por su efectividad o dificultad para ser copiados. Los consumidores se casan mucho más con las marcas con buenas prácticas empresariales, comprometidas con la comunidad y que colaboran al desarrollo de un mundo mejor.
Según los últimos estudios cerca del 75 % de las compras se hacen de manera intuitiva, es decir irracionalmente. Este dato da más importancia si cabe al marketing emocional ya que es clave estar posicionados en la cabeza y el corazón de nuestros consumidores como su primera opción de compra cuando están en un supermercado, una tienda de ropa o en cualquier punto de venta.
Al final lo que tenemos que preguntarnos es, ¿Cuál es el sentimiento que genera tu producto o servicio en las personas? Por lo general, cualquier negocio, producto o servicio provoca un sentimiento, dirige allí parte de tus estrategias de comunicación y publicidad. Para hacerlo, también, busca la relación existente entre la necesidad y a que sentimiento se acerca más.
Las empresas de automoción dirigen muy bien sus comunicaciones según el target hacia el que está dirigido el coche a promocionar. Un coche deportivo tendrá un anuncio dirigido a jóvenes varones, una monovolumen hacia un público familiar, una furgoneta hacia un profesional, y así con cada uno de los coches de su gama.